Ricardo Valenzuela
No hay dolor más grande que ese olvido
De la mujer que te ofreció su vida entera
Quien te juró que sería siempre pasajera
Porque del bello sueño tú eras su elegido
Quiero creer no entiendo, no he entendido
Sus palabras mudas que yo nuca escuchara
Saber por qué y lo que a mí nadie explicara
Solo ese silencio que destruyó lo construido
Palabras sin sonido que causaron estallido
Ese silencio que dejara mi vida destrozada
De una mujer cobarde y nunca emancipada
Y presa miedo su llanto era solo un berrido
Tanto tiempo que ambos habíamos invertido
Pensé valía la pena soportar esos desplantes
Nunca supe era sociedad y tres participantes
Enanismo terciario siempre había intervenido
Y cuando en el amor ese consejo es permitido
La interferencia de esos seres tan perversos
No basta sea grande ni lo bello de mis versos
La cadena tenía enlace débil se habrá rendido
Es cuando se apaga nuestro fuego encendido
Que yo pensé sería grande, poderoso y eterno
Cuando aparece esa maldad y nace un infierno
Y quien amaba lo ofrecido parte solo y erguido
Aprendí maldad tiene más fuerza que el olvido
Porque cuando el amor se cotiza en un mercado
Oferta-demanda, el mejor postor será agraciado
Así el oferente obtiene lo que él había apetecido
Pero Yo no compro el amor derecho ni torcido
Yo nunca he sido comerciante de sentimientos
Y la venta de lo ofrecido serán los sufrimientos
De su producto por su alma llena pudrimientos
Y, claramente, no en silencio, pido ser excluido
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