Ricardo Valenzuela
Caminamos supuestamente hacia algún destino
Pero un destino que permanece vago y nebuloso
Aun así, avanzamos ciegos, sin duda, sin reposo
La ceguera no permite entender no es el camino
Y seguimos caminando hacia ese fiero torbellino
Avanzamos como nave sin velas ese mar intenso
No vemos faros y penetramos ese vacío inmenso
Soltamos el timón y caemos en ese rudo remolino
Pronto nos conformamos siendo solo el inquilino
De ese castillo en donde nos han cortado las alas
Y sin poder volar nunca llegamos a las antesalas
Cuartel de soldados de ese rey cruel y mezquino
Porque la vida sin ese esfuerzo natural tan genuino
Es solo vagar sin rumbo hacia las sombras del olvido
Es despertar y saber que pudiendo no hemos podido
Soltar los remos para que los tome el oleaje asesino
Y cuando la tormenta arrecia acudimos a un adivino
Nos dirá es mala suerte y para limpiarla el estropajo
Pero nunca nos dirá esa suerte cambia con el trabajo
Así prendemos velas pidiendo que aparezca lo divino
Y cuando nos damos cuenta el pitoniso no intervino
Pero no miramos hacia arriba, volteamos a los lados
Y con envidia vemos tanto rico y tantos hacendados
Decidimos es la cruel injusticia y nunca nos convino
Gritamos justicia ante la puerta de ese rey leonino
Con furia exigimos solución para nuestro vivir escaso
El rey grita nada tienen porque son alérgicos al trabajo
Salen a saquear con permiso de un gobierno libertino
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