Ricardo Valenzuela
Finalmente llegué, ya no me atormenta
Lo que siempre me llegara a preocupar
El largo camino para finalmente arribar
Erguido y celebrar arribo a esta cuenta
Por fin he llegado a lo que representa
Ese gran inventario especial con pasaje
Donde todos quieren ir por su reciclaje
Pero a otros su gran temor incrementa
Dejo huella cruzando esta mar violenta
Una larga historia y tantos desempeños
Esa demente cacería de aquellos sueños
Y a veces ver mi ropa sucia y polvorienta
Una vida manejando siempre sin licencia
Siempre ausente de orden y toda sanidad
Rebelde siempre ante esa tirana autoridad
Muy seguido sazonada con poca violencia
Y sin pasaporte cruzando tantas fronteras
Nadando o flotando sobre los chirahuales
Amogotado en palos verdes y mezquitales
Sombrero de palma y buenas chaparreras
Vida que solo especial locura implementa
Largos senderos y yo con mis viejas botas
Cosechando victorias otras veces derrotas
El publicarla requería de colosal imprenta
Una vida que nadie controla o reglamenta
Bitácora de nave perdida en la tempestad
Con osadía gozando de toda contrariedad
Adicta a los peligros nunca estaría exenta
Esa ruta que a veces se tornara sangrienta
Con sus pedregales y peligrosos recorridos
Por donde jamás transitaron esos aburridos
Y nunca me importó manchar mi vestimenta
Para saciar esta vida aventurera tan sedienta
Busqué por el mundo ese ansiado alojamiento
Seguro que yo haría ese gran descubrimiento
Encontré una celestial sabiduria que sustenta
Qué hay avenidas y quien busca las encuentra
Qué habrá respuestas si buscas y las inquieres
Qué todavía te esperan en tu casa tus deberes
Qué siempre habrá agua para el alma sedienta
Qué habrá siempre calma y pasará la tormenta
Qué toda vida es valiosa y merece la extensión
Qué solo querer es retornar al juicio y la razón
Que siempre habrá la oportunidad si se intenta
Qué todo no es como te dicen o lo que aparenta
Qué este mundo tiene un gran tesoro escondido
Qué hallarán quienes creyeron y se han atrevido
A luchar mientras que otros sorbieron la afrenta
Qué mi guerra es justa por tanto que representa
Qué confirma el evangelio del que fue crucificado
Qué ya en la cruz le metieran lanza en su costado
Qué por los tibios este mal crece y se incrementa
Qué la edad se debe medir revisando la osamenta
Qué muestra los huesos rotos de batallas perdidas
Qué también muestra rutas que fueron corregidas
De un hombre que ni frente a la muerte se lamenta
Mi vida hora bebe de ese aguaje y se alimenta
De lo que me da esa tranquilidad de conciencia
Así camino y llevo por enfrente mi congruencia
Pues nunca caminé cubierto con otra ornamenta
Y no tengo nada que me duela o me arrepienta
Entonces, salud y que siga creciendo la cuenta
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