Ricardo Valenzuela
Olvidarme quieres, pero no puedes
Deben ser muy pesadas tus cadenas
Tan fuertes que siempre te condenas
Y sabes bien que no tienes lo quieres
Fuiste única entre todas las mujeres
Tantas que en mi vida yo he conocido
La mujer que si pudo calentar mi nido
Le diste toque celestial a mis placeres
Tú me enseñaste estrellas escondidas
Siempre brillando en la oscura noche
Jamás tuviste para mi algún reproche
Me rescataste de sendas tan perdidas
Mi recuerdo será siempre tu condena
Eternamente caminará firme a tu lado
Y tú presente será siempre mi pasado
Hará de tu noche mala tu nochebuena
Que hicimos para provocar esta pena
Y transitar estos caminos tan inciertos
La ruta de esos vivos que van muertos
Fuimos jueces letales de esta condena
Donde tiramos la felicidad y vida plena
Cuando todo y a todos podíamos vencer
No negociamos la vida para luego ceder
Ahora la vida es algo que nos envenena
Perdimos nuestros invencibles poderes
Poder con el que enfrentábamos la vida
Tu caminabas feliz, segura y tan erguida
El poder del amor es lo que tu requieres
Triste el que no tienes lo que tu quisieres
Yo navego con mis velas rotas a la deriva
Y sabiendo los dos tenemos una optativa
Y algún día te preguntarás si tu hubieres
Porque viviendo en tu apatía solo mueres
Yo condeno tu apatía y será la herencia
Que te doy muy sereno y con gran calma
Esa llama que arderá siempre en tu alma
Que así llevarás durante toda tu existencia
No comments:
Post a Comment