Ricardo Valenzuela
Juventud regalo que cuando te alejas yo añoro
Años de fiesta, aventuras y malas sugestiones
Imposible no rimaba con sueños ni mis acciones
Y ya hasta lo posible me abandona y yo imploro
Yo navegué mi ruta con gran dignidad y decoro
Y siempre lo hice con mis las velas desplegadas
Y que el viento me llevara a tierras embrujadas
Porque yo estaba seguro encontraría ese tesoro
Las tormentas me enseñaron algo que yo valoro
Aquellos grandes secretos que nunca conociera
La calma en el peligro y con devoción yo pidiera
Y el viento divino me llevara al lugar que avizoro
Tantos puertos donde anclé y miraba con azoro
Los mares que navegara sobre sus aguas azules
Bellas islas cubiertas de lindas flores y altos tules
Las olas arrullando con hermosos coros canoros
Los tormentas causaran en mi barca su deterioro
Destruyeron el timón, mis velas y todo su fuselaje
Pero fuerte marejada me rescataba con su oleaje
El tiempo se escapa y todavía lo imposible ignoro
Yo nunca regresé como aquel marino derrotado
Los naufragios me enseñaron a luchar sonriendo
Aunque una tormenta me estuviera sumergiendo
Pero con el oleaje de antes todo habría superado
Y me hago a la mar, el tiempo que queda es oro
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