Ricardo Valenzuela
Tomo el espejo y veo un rostro envejecido
Es tan largo ese camino que he transitado
Los años inclementes se me han acumulado
Pero miro hacia atrás y aprecio lo aprendido
Aprendí a tolerar la traición del falso amigo
Porque hay los que nacen para ser traidores
Fingiendo siempre y mendigando los favores
Para tarde entender que era solo tu enemigo
Aprendí que el rencor no se conjuga conmigo
Espinas en la ruta que siempre hay que evitar
Piedras en tu camino que tú has de encontrar
El hacerlas a un lado ese es su mejor castigo
Aprendí que hay hombres dejados en el olvido
Por gobierno usurpado por monos amaestrados
Sacerdotes de la secta donde no existen pecados
Demonios que han abusado y se les ha permitido
Criminales que han robado, asaltado y destruido
Delincuentes que desfilan presumiendo ese poder
Nunca entienden su castillo pronto se va a demoler
Y luego caminarán a ese cadalso que han evadido
Que sufrimiento y pena es un menú sobre pedido
Que nosotros somos sus cumplidos fabricantes
Para luego colgar culpas a nuestros semejantes
Sin saber la paz reside en el interior del afligido
Aprendí que mi interior es el paraíso prometido
Una mina de grandes y ricas vetas escondidas
Cavando hondo encontramos zonas desconocidas
El tesoro de tu alma con lo que fuiste bendecido
Ese poder infinito que siempre has desconocido
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