Ricardo Valenzuela
¿Realmente se perdió el hermoso paraíso?
El de aquella brillante luz sobre la colina
Los pioneros avanzando con su carabina
De aquel valiente soldado nunca indeciso
Donde quedaron aquellos días tan bellos
Aquellos grandes sueños ya establecidos
Y ya lograrlos agradecíamos conmovidos
Con ese corazón palpitando sus destellos
Ya no vemos aquellos hombres valientes
Que derrotaran a ejércitos tan poderosos
Que arriesgaran su vida ante tantos acosos
Y algunos la perdían en lejanos continentes
Donde quedó el juramento y el compromiso
Siempre cobijar esta constitución liberadora
Los hombres que a ello acudían sin demora
De su temor a la muerte hacían caso omiso
Ahora solo veo un gran contingente sumiso
Paralizado ante estos descarados violadores
Ya no se ve quien defienda aquellos valores
Tienen unos nuevos y dicen ya no es preciso
Que sucedió con aquellos inspirados poetas
Los que siempre iluminaban nuestro camino
Y no vemos aquel sabio caminante peregrino
O aquellos viejos sentados en las banquetas
Donde quedaron aquellos grandes actores
Los que daban vida a la aventura del quijote
Y su bella sabiduría fuera nuestra gran dote
Y gravarnos con fuerza sus consejos de vida
Los maestros que enseñaban a sumar y restar
A leer, escribir, geografía, y algo de literatura
No ser víctima resentida cargando una factura
Y con violencia exigir alguien tiene que pagar
Los curas piadosos del verdadero cristianismo
Los que solamente predicaban la única verdad
No promotores del aborto y la homosexualidad
Tampoco los activistas avanzando el marxismo
Tanto pregunté ya desesperado sin respuestas
Finalmente, la contestación me había impactado
“Aquello por lo que tú tanto nos has preguntado
Ya no existe ahora son solo memorias muertas”.
Pero yo nunca aceptaré ese decreto malvado
La libertad todavía tiene potencia y mucha vida
Y aunque los apóstatas la decreten ya fallecida
Como ave Phoenix yo decreto habrá regresado
Pues ese guerrero de luz nunca será derrotado
Porque con armas tan poderosas como la moral
Justicia, verdad y la razón, iremos a su pastizal
A enfrentar ese papa que el demonio ha enviado
Y la inquisición de la iglesia que han deformado
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