De tanto pedir todos parabienes
De nunca aceptar lo que ya tenía
De tanto escuchar aquella homilía
Me dije a mi mismo todo lo tienes
De tanto pedir tantas concesiones
De tanto sufrir por lo que no tenia
Murió mi fe, esperanza y mi alegría
Y nada encontré en estos rincones
De tanto escalar sierras tan altas
Buscando tesoros en la gran altura
Me di cuenta lo único que perdura
Son obras buenas nunca tus faltas
De tanto seguir todas mis pasiones
De tanto servir a mis cinco sentidos
Entendí eran mis grandes enemigos
Placeres causaban mis contusiones
De tanto intentar ser siempre amado
De tanto comprar todo lo que yo creía
Me haría feliz y la gente me envidiaría
Entendí que el camino yo había errado
De tanto luchar para cambiar el mundo
Me di cuenta la gente no quiere cambiar
Entendí que en esta apatía no hay lugar
Para los que sueñan grande y profundo
De tanto buscar ser siempre el primero
De tanto sufrir cuando no lo conseguía
Pues ser el segundo para mí era agonía
Entendí un segundo puede ser primero
De tanto creer en esas bellas profecías
De tanto seguir siempre mandamientos
Me di cuenta eran solo los aspavientos
De iglesias corruptas con sus cofradías
De tanto creer en radiantes salvadores
Que ofrecen esos paraísos sin cumplir
Y promesas incrustadas en el porvenir
Siempre nos coronan como perdedores
De tanto esperar la ansiada salvación
De tanto rezar esperando vida mejor
Me di cuenta del gran secreto mayor
Yo soy el responsable de mi condición
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