Ricardo Valenzuela
Parece tan lejano aquel bendito año
Cuando Iniciaba mi ruta cuesta arriba
Sintiendo mi averiada nave a la deriva
Naufragaba en mar de gran tamaño
El mundo se reía así de mi empeño
Disfrutaba con mi vida destrozada
Sin saber que era solo la alborada
Del futuro tan lejano de mí sueño
El universo parecía tan pequeño
A llenar con esa pena provocada
Que el vivir era una cosa delirada
Donde yo de mi vida fuera el dueño
Pasaba por mi mente tanto daño
El sufrido por la gente que quería
Esa gente que queriendo no podía
Rescatarme del infierno tan extraño
Iniciaba aquel calvario como antaño
Con una cruz grande y muy pesada
Resbalaba con la sangre derramada
Y una mujer me secaban con un paño
Y los judas en su antiguo desempeño
Desertaban renegando de aquel pasado
Iban con prisa pues el gallo había cantado
Era su hora de empujarme a mi despeño
Subí a la gran cima peldaño tras peldaño
Lento, sangrante y sufriendo mil dolores
La multitud gritaba henchida de rencores
Pena de muerte pues su vida es un engaño
En eso se oye un gran exclamo casi huraño
El es mi hijo y ha sufrido mucho y padecido
Perdió el camino, se confiesa se arrepentido
Ahora vuelve humildemente a mi rebaño
Voló el tiempo y mi cabello tan castaño
Muy lentamente se tornaba color plata
Sentí el cansancio de mi loca caminata
Camino lento y con el tiempo soy tacaño
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