Wednesday, March 19, 2025

CONSEJO DE UN SOLDADO DE MIL BATALLAS

Ricardo Valenzuela

 El abogado de las mil batallas | Casa Histórica. Museo Nacional de la  Independencia

Una amiga que considera soy un manantial

De granes experiencias en vida tan intensa

Y, según ella, uno de esos pocos que piensa

Me pide un consejo, pero exijo no sea oficial

 

Llorar, sufrir, maldecir y siempre acordarse

Jamás conformarse cuando algo se trunca

Nunca aprender el significado de ese nunca

En esa ceguera jamás llegar a conformarse

 

Continuar por la vida entre ruinas y desastre

Sentir los dolores que nos desgarran el alama

Llorar amargamente por haber perdido calma

Y tristemente pensar algo debe considerarse

 

En la confusión seguir maldiciendo esa suerte

Y sentirte víctima de tantas crueles paradojas

Regar tu jardín cuando ya murieron sus hojas

Sin entender que de todo puedes desprenderte

 

Ya no seguir culpando este mundo despiadado

Para que entiendas que si existe bendito olvido

Y siempre borra todo el mal que hayas sufrido

Para ser feliz o miserable como tú has deseado

 

Aceptes que tu mala conducta siempre la adulteras  

Veas esas vidas que les causaste ese amargo llanto

De tantos hombres que tu fuiste su cruel quebranto

Otros más que abandonaste heridos en la trinchera

 

Ahora tus enemigos tendrán su fiesta y celebrarán

Siempre la historia de ganadores y crueles desvíos  

Reirán viendo tus lágrimas alimentando tantos ríos

Y reirán viendo cómo que de tu casa te despojarán

 

Tal vez ya descubras el más grande de los misterios

Lo que no descubriste con los halagos y tantas flores

De esos ilusos que quisieron lograr que te enamores

Las flores en tu casa lucirán como el gran cementerio

 

Mi único consejo es tu ya debes saber lo que quieres

No navegar hacia donde te lleve la ola sin tu permiso

Aun cuando llegues a playas que lucen como paraíso

Si tu no decidiste el destino, has perdido tus poderes

 

Y cuando tu decidas claramente cuál es ese tu destino

Lucha contra viento y marea y nunca pierdas tu ilusión

Y aunque tus velas estén rotas nunca sueltes el timón

Y llegará dulcemente la brisa y te regresará al camino

La tormenta se calmará y te llevará al plano de lo divino

 

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