Ricardo Valenzuela
La miré un día a través de su ventana
Su belleza opacaba toda la luz del día
Me miró y sentí mi pecho se encendía
Ahora esa ruta sería diaria y cotidiana
Era hermosa como esa brisa temprana
Fue único amor y de mi vida la primera
Y para mi alma alimento que la nutriera
Y de mi vida se convertía en la soberana
Su piel suave parecía una fina porcelana
Sus ojos parecían mensajes de lo divino
Supe sería todo en mi vida y mi destino
Y de mi existencia ella sería la artesana
No buscaba en corto viaje una pasajera
Era mi sueño para sellar celestial alianza
Ser especial que reviviera mi esperanza
Mujer dulce quien yo siempre protegiera
Mujer con la que mi vida tuviera afinidad
Que como yo fuera guerrera de la libertad
Que me aportara su sabiduría y serenidad
Permaneciera a mi lado ante la tempestad
Y de la mano fuimos hacia la real avenida
Vida que sería lo que tanto había soñado
Finalmente aquello que yo había anhelado
Y escudera que a mi lado también lucharía
Y navegamos a veces tiempo turbulento
Pero con compromiso siempre soberano
Nos alejamos de un mundo tan malsano
Y encontramos nuestro soñado aposento
Y sería de la libertad eterno monumento
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